Momentos random
“Las malas obras no tienen perdón,
las mediocres no tienen interés,
y las buenas no tienen explicación”
Julio Ramón Ribeyro
Momento
Random #1: “Rescate en el barrio chino”
No hace mucho tiempo atrás,
regresábamos en bus varios escritores desde Tacna a Arica. Veníamos de un
encuentro trinacional de poetas, y fueron jornadas intensísimas. Pues bien; en
aquel regreso, y mientras Pancho Ide alucinaba en voz alta con la idea de
arrastrar un caballo muerto por alguna playa, cual Orlando Furioso, miré sin
querer a Daniel Rojas. Estábamos casi entrando en la parte chilena de la
frontera, y él estaba pensativo, como casi siempre, aunque una leve sonrisa
asomaba en la cara. Me pregunté en qué estaría cavilando. Quiero creer que la respuesta
está en Random. Quiero creerlo porque me encantaría fraguar una novela en plena
frontera. Quiero creerlo porque Random es pura frontera -como todos los que la
han leído saben-, y también deseo creerlo porque así creo yo que deben ser
pensados los libros, la literatura a fin de cuentas: en lugares que son como
bisagras (como la frontera chileno-peruana), en sitios peligrosos, cortantes,
como las gilletes que me mostró un poeta tacneño en el encuentro aludido, y que
más que agresivo era candoroso con esa arma improvisada y chica, tan delgado y
tan poeta peruano adolescente.
Y como teorizar sobre Random a estas
alturas de la tarde me parece poco elegante, me remitiré a otras cosas sobre
cómo creo yo que nació esta novela tan breve y tan excesiva, tan agobiante y
agresivamente heterogénea.
Momento
Random #2: “El vengador tóxico”
Estaba yo en un bar de Tacna llamado
Zeit tomándome un pisco Italia, cuando siento ruidos al fondo. Resultó ser una
lectura poética. Yo no conocía a Daniel, pero había oído de él. Mientras
escuchaba a los poetas, sentí que alguien me miraba insistentemente. Me dije
que ojalá fuera una tacneña con la que al día siguiente pudiera ir a la feria
Caplina. Pero no: era Daniel. Nos presentaron y coincidimos casi de inmediato
en que Memet es y es el peor poeta no de Chile, sino de la láctea, como dijo
Piñera. Esa mala leche ya permeaba a Random.
Momento
Random #3: “Pretty woman”
Alguna vez planeamos con Daniel
escribir a cuatro manos un poemario sobre Tacna. Concluimos que Tacna era, o
es, una puta. Pero en Tacna hay putas y putas. Las de la avenida Bolognesi
abajo, son como ex senderistas torturados infatigablemente por un doble cyborg
de Vladimiro Montesinos. En cambio, me han dicho porque no he ido, las del
prostíbulo “Las Cucardas” son otra cosa. Por eso me consta que todos los poetas
y narradores chilenos que visitan la ciudad peruana van a lo menos alguna noche
de su estadía a ese local, lo que me parece una muy mala cosa, ya que es como
exportar la ya marcada tendencia endogámica de la literatura chilena. Bueno,
planeamos ese poemario y me parece que Daniel citó la conversación en alguno de
sus libros. Creo que ahí, entre otras cosas, también está el germen de Random.
Esa cosa promiscua, endogámica pero también exogámica, tránsfuga, demasiado
revuelta para los que viven tomando agua hervida cuando viajan, o los que jamás
pedirían un plato de sopa en esas ciudades a las que, de una u otra forma, nos
remite esta novela de Daniel.
Momento
Random #4: “Retroceder nunca rendirse jamás”
En algún otro encuentro, por el que
también pasamos por Tacna, no sé si de ida o vuelta, a Daniel, junto a otros
poetas entre los que se contaba Juan Malebrán, los detuvieron porque tenían
pinta de narcos o algo así. Al final todo se aclaró, pero fue una escena que me
recuerda aquel pasaje de Random en que uno de los personajes señala que hay que
escribir a cómo dé lugar, aunque en eso se te vaya la vida. Aunque ello
implique pérdidas y dudosas ganancias. Es tal cual como lo señala el epígrafe
de Barthes que abre la novela y que nos señala que toda palabra (o experiencia,
por qué no) no ha cortado su vínculo originario con aquello que la produjo. Y
Random no ha cortado sus primerizas y precoces relaciones con aquello que la
hizo nacer: la historia de un tipo que vivió en un Perú que hoy nadie podría
imaginar, que se formó mirando por la ventana de los buses o algún auto lo que
sucedía afuera, en la estación de aduana entre Chile y Perú, o viceversa. Y
viendo películas de nombres irrepetibles.
Finalmente:
Momento
Random #5: “Thundercats”
En un encuentro de poesía en
Iquique, ya muy de madrugada, salimos junto a Daniel y otros amigos de un bar.
De repente, pasaron tres guapas que nos hicieron devolver la mirada. Yo dije:
“Son Panteras blancas”. Uno de los amigos poetas hizo como un gesto de simio en
celo, y Daniel, que sé no se acuerda, dijo entredientes algo como: “No, son
personajes de Random”.
Y es que Random, simplemente, es un
libro que te revienta el coco, que te abre la sesera, o como dice mi abuela, la
testa. Y cuando se desabrocha el cerebro, nos enseñaron los franchutes del 68,
puede quedar la cagá.
Juan
José Podestá
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