miércoles, 27 de mayo de 2009

La feria del libro de Madrid y los paladines de la imprenta.

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El delirio de persecución de los organizadores, libreros y casas editoriales de la feria del libro de Madrid de este año, a inaugurarse el 29 de mayo, es perfectamente entendible mas no por eso menos preocupante y digno de discusión. En su reglamento de participación, colocan el siguiente párrafo que transcribo textual:

Artículo 6 del reglamento sobre Sujetos Excluidos: “IV. Los libreros, editores, distribuidores y servicios de publicaciones de organismos oficiales e instituciones públicas que se dediquen principalmente a la venta, edición y distribución, respectivamente, de libros electrónicos o de libros que se publiquen por Internet o mediante cualquier otro soporte distinto de la tradicional edición impresa“.

La explicación sobra, la normativa se limita a excluir como expositores a todos los representantes del libro digital o ebook desde grupos editores, casas independientes, promotores de software y autores que han optado por dar a conocer su obra a través de este medio virtual

El debate de cualquier modo, no es nuevo, sin embargo cada día se hace más ineludible ante la proliferación de revistas, editoras e incluso espacios de autoedición como Bubok o Lulu.com, abiertos a todo el que tenga la calidad para ser publicado o en su defecto, este dispuesto a pagar la aventura de jugar a ser escritor por un día.

Como en todo ámbito, hay criterios diversos, encontramos espacios en la web que abogan por el arte y su difusión con rigurosas normativas y por supuesto también hay foros, receptivos a cualquier tipo de material, sin obviar claro, aquellos negociados que ofrecen sus servicios como correctores de estilo, grupo editor o distribuidora.

Lo que es claro, es la polarización que genera esta polémica, para muchos internet es un mero simulacro, una ofensa a la tradición e institucionalidad sacrosanta del códice de papel y el correspondiente control que debe hacerse de manera estricta antes de parir cualquier vástago que se autodenomine literatura.

En cambio para otros internet y sus espacios en la conocida modalidad you tube, me refiero a casos de portales de difusión como issuu y scribd y el formato pdf como punta de lanza, constituyen una alternativa libertaria, anticapitalista y propia del "do it yourself" para estos, el lector siempre tendrá la última palabra así lo juzgó la feria del libro de Sevilla realizada hace unas semanas atrás, esta a diferencia de lo que piensan los organizadores de la feria de Madrid, incluyó entre sus participantes a editores digitales, permitiendo además la presentación de estos en mesas de discusión, a fin de tratar el cruce de ambas propuestas, proyecciones e implicancias que ha generado y seguirá trayendo el maridaje papel-bytes

A juicio de muchos, el lector gracias a Internet se beneficia con un acercamiento inicial a las obras, pues el verdadero interesado como ocurre con los CDs y DVDs., no dejará de adquirir el texto en papel, pero podrá tener un mejor pie para decidir su compra, sin tener que pagar a ciegas cerca de 20 dólares por un libro, cuyas únicas referencias son la publicidad y anticipación que nada tiene que envidiar a un blockbuster de Hollywood y los reviews de supuestos especialistas que trabajan para la editorial aún cuando, el texto ni de cerca, supera a un fanfic de cualquier cristiano apócrifo.

Este cisma nos plantea por un lado a los herejes que desafían al coloso impreso, reformistas anárquicos que pretenden difundir el libro a como de lugar lanzándose a galope a la modernidad en forma de hipervínculos mientras que en la otra esquina atrincherados levantan armas los herméticos señores feudales de los grandes sellos y librerías que a ultranza abrazan su monolito sagrado de papel.

La pregunta es ¿Cómo quedamos ubicados nosotros en medio de esta discusión? y ¿qué implicancias tiene esto más allá de la literatura? pues la literatura está en otra parte, y este tema más bien atañe a temas conexos y para nada intrínsecos del arte literario. Algunos de estos lugares comunes a debatir son la libertad de expresión, la piratería, los medios independientes y ciudadanos, la libertad de informarse, la economía e incluso la ecología.

Por ello cuando alguien pronuncia la palabra libro, o se pasea por una feria de pulgas entre textos usados, antiguos y ajados por su manipulación u olvido, o quizá nos topamos con un luminoso anaquel de lindos mamotretos empastados que versan sobre magos, vampiros, conspiraciones iluministas o reediciones de clásicos imprescindibles en toda biblioteca que se precie, los cuales son vendidos a precios exorbitantes en proporción a otros títulos ninguneados; no esta de más preguntarse si estamos ante un “dinosaurio”

Al menos podemos afirmar que el libro como lo conocemos, esta mutando. Ese objeto sacro que ha acompañado al hombre haciendo gala de todos sus tamaños, magnitudes, colores y valores, desde que Gutenberg se volviera loco con su maquinita y echara a correr la bola de nieve constituyendo uno de los pilares culturales de nuestra cosmovisión, se halla en un proceso de metamorfosis similar a un abandonado Gregorio Samsa. Ello no implica decir que el libro ha muerto, como cada cierto tiempo algún apocalíptico gurú profetiza con respecto a su arte o medio, sin embargo lo que si me atrevería sin pudor a sugerir es que el libro en papel, ha perdido debido a condiciones externas, gran cantidad de prestigio y lo único que pervive con fuerza de ese titán, es el nostálgico placer que nos produce manipularlo y transportarlo en nuestro bolsillo o mochila, camino al trabajo o de vuelta a casa a bordo de la locomoción en esos minutos perdidos.

Empero, a la luz de los factores aludidos, que van desde lo ecológico a lo netamente económico, resulta lapidario como lógico en su practicidad, cada uno de los argumentos, que con fines diversos, han servido para bombardear la noción clásica de libro; por ello no es de extrañar el pavor de la gente de esta feria ibérica pues es mucho lo que está en juego. A diferencia de la radio o el cine, que han encontrado en Internet un nicho o brazo derecho en su cruzada difusora, el libro, mas no así la lectura y escritura (pensemos en lo blogs y en todos los medios que han pluralizado la tarea), parece fisurarse por las mismas políticas de esos paladines editoriales.

Un ejemplo burdo tomado del programa de comedia norteamericano Saturday Night Live, nos ejemplifica el tema, Tina Fey, guionista y comediante en un sketch emblemático de este show, al emular el formato de noticias señalaba “La próxima entrega de la saga de J.K Rowling se llamará Harry Potter y el fin de la selva tropical” aludiendo a la tala de árboles, a las ventas desmesuradas a nivel internacional del producto generado por la inglesa y sobre todo al carácter de mega saga traspasable al cine que tiene el texto, esto nos remite al comportamiento de las editoriales dantescas que solo publican como dirían algunos, sandias caladas, bestsellers que ya firmaron con Hollywood para la trilogía y premios nobeles que se distribuyen en magnitudes ridículamente enormes, mientras que un libro de poesía, colección de cuentos o ensayos cubre un 0.0001% de la población de un país.

En definitiva, quién puede culpar a los escritores que buscan una opción, o a los lectores que quieren elegir con mayor certeza y por otro lado quién puede culpar a los editores y libreros de la feria de Madrid y los que como ellos, tiemblan al sentir que el segmento que por años han tenido domesticado, empieza a preferir un download o escanear una obra antes que comprarla, pues al menos ahora, siquiera tenemos la posibilidad de tener un anticipo del libro y decidir por nosotros mismos, en función de nuestro criterio y gustos, en lugar de avalarnos únicamente por lo que dice un critico al uso que trabaja para los dueños del merchandising, pues eso son, y así como algunos se dedicaron a vender zapatillas o perfumes , estos optaron por transar con arte y cultura, y en el proceso, mucho de lo que difunden está lejos de calificar en ese campo; habrá que aprender a convivir con ambos medios y lo bueno y malo que acarrean en su interrelación, pues la caja de Pandora esta abierta y a la vista, no parece haber norma o palabra que tumbe este simulacro mas real de lo que virtualmente algunos quisieran creer.

Daniel Rojas Pachas.



1 comentario:

Unknown dijo...

Hola, Daniel, aqui Ana Patricia, editora de Groenlandia. He leído el artículo, que me ha parecido muy interesante. Sólo decirte que me indigna sobremanera que traten el medio virtual como algo "falso". Un libro, tenga soporte fisico o virtual, sigue siendo un libro: páginas con palabras que cuentan cosas, que hablan de emociones. El medio virtual ha permitido que muchos escritores salgan a la luz debido a la falta de iniciativa por parte de las editoriales tradicionales de publicar desconocidos por el asunto de "somos una empresa para vender y no queremos arriesgar nuestro dinero en algo que se venderá poco o nada porque eres anónimo". Groenlandia edita sin ánimo de lucro: queremos COMPARTIR LA POESÍA - el arte, en general - CON TODOS, con un medio HUMILDE, que nos ha permitido EXTENDERNOS. Por supuesto que la ilusión de publicar libros en papel siempre está ahí - yo, como escritora y purista, es algo precioso el estar preparando libros impresos -, pero, lo dicho: tengo las etiquetas necesarias para que un editor tradicional me diga que no. Soy anónima, mujer, joven, sin referencias, sin padrinos, sin conocidos que me recomienden, pobre, sin curriculum destacable, etc, etc.

Si las editoriales tienen miedo del soporte digital, que espabilen: QUE DEN MÁS OPORTUNIDADES A LOS NOVELES, QUE BAJEN UN POCO EL PRECIO DE LOS LIBROS PORQUE SE PUEDE EDITAR LIBROS DE ALTA CALIDAD SIN TENER QUE SUBIR TANTO (desde aqui, mi apoyo y mi alegria para las editoriales independientes, que hacen un buen trabajo de edición) Y QUE DEJEN DE REEDITAR CLÁSICOS PARA DARNOS UN ESPACIO, aunque sea pequeñito. Y no es porque rechaze a los autores de siempre, al contrario: son básicos, PERO ES SOBRAN LAS EDICIONES DE CLÁSICOS, y encima a precios abusivos. La literatura no es sólo pasado, sino PRESENTE Y FUTURO. Pero, como dice el texto, existe "un dinosaurio". Presente, nosotros, futuro, el libro digital.

Un saludo, Daniel.

ANA PATRICIA MOYA

Cinosargo Ediciones

Cinosargo

Cinosargo es un proyecto multimedia transfronterizo que abarca la difusión digital del arte a través de su revista, y la producción y distribución del libro impreso gracias a la editorial y la organización de Ferias, Festivales y Congresos




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